casi siempre
Historias del {bien}vivir
Cap.1 | Un nuevo concepto, el {bien}vivir
0:00
-6:53

Cap.1 | Un nuevo concepto, el {bien}vivir

Bienvenida, bienvenido a este oasis de calma donde venimos a debatir, a filosofar, a charlar y a aprender sobre qué es esto del {bien}vivir.

Me encantaría decirte, así para empezar que me he inventado yo esta palabra. Tengo un secreto nunca confesado hasta ahora, que es el de acuñadora de términos. Inventarse conceptos que luego ves por ahí en forma de post motivadores en Instagram o en Pinterest. 

Como por ejemplo la palabra GACINO o gacina, que sería un adjetivo que describe a una persona que siempre, en todo momento, tiene una mirada como de sospechar de todo y de todos, aunque sea el mejor día de su vida. Así, un tío gacino o una tía gacina…

En fin, que me encantaría decirte que este concepto, el del {bien}vivir me lo he inventado yo, pero no es el caso. Hay algo de literatura aquí y allá aunque no es un término que escuchemos apenas. Nadie utiliza esta palabra aunque muchos hablamos de ello y todos, lo andamos buscando.

Ocurre con el {bien}vivir lo mismo que ocurre con el vino: a todo el mundo le gusta y hacemos como que nos enteramos, pero en realidad, nadie tiene ni idea, excepto unos cuantos.

En general tenemos algunas nociones. Sabemos que si el aroma afrutado esto o de barrica aquello, que si es joven o si es de tal denominación, que si es mejor maridarlo con esto o con lo otro. Sabemos que debemos manejar mejor el estrés, comer proteína y tener buenos niveles de vitamina D, que el altruismo o la empatía alargan la vida, así como tener calidad de sueño.

Sabemos un montón de cosas, pero luego así todas juntas, la vida nos atropella, y hacemos lo que podemos.

¿Es así o me pasa sólo a mí?

Voy a dejar esto como una pregunta al aire, ojalá estuvieras aquí para que pudiéramos conversar, ya llegará, ya verás.

Dice la teoría que los humanos nos pasamos la vida evitando el dolor, que nuestro cerebro busca siempre la vía más corta para mantenernos en vida, mantenernos a salvo y hacerlo con el menor gasto energético posible.

Porque nuestro cuerpo es una máquina súper fina, súper evolucionada, de eficiencia energética. Si estás gastando demasiado por un lado, tantas otras funciones se ralentizan o se desconectan para poder seguir funcionando.

Y esto, que a priori suena bien, tiene un montón de claroscuros. Porque no es una gestión equilibrada. Y si te pasas de frenada, empiezan a saltar las alarmas. Problemas en la piel, se nos cae el pelo, mal dormir, problemas digestivos, falta de energía, problemas emocionales, problemas de salud mental… Una espiral que desencadena en enfermedades y ay amigo, mal, todo mal.

Pero es que además, sabes lo que pasa, es que ocurre una cosa, para hacerlo todo un poco más divertido. Las personas no somos sólo un cuerpo físico. Por lo que sobrevivir no es nuestro único deseo.

Está bien sobrevivir, no te lo voy a negar, pero nuestros impulsos, nuestros sueños, nuestros deseos, nuestros anhelos, van mucho más allá de puramente sobrevivir. Aspiramos a mucho más.

Queremos enamorarnos, queremos conocer mundo, queremos cambiar el mundo, dejar un legado, tener hijos, un trabajo que nos apasione, queremos crear, música, obras de arte, queremos escribir, queremos emocionar al otro. Nuestra especie incluso ha querido ir a la luna, y fíjate.

Así que, con todo esto, la genética que nos ha tocado, el lugar donde hemos nacido, la sociedad en la que crecemos, lo que aprendemos, lo que nos sucede, lo que nos impacta, lo que deseamos… con todo esto, pues cada uno, hace lo que puede, con mayor o menor gracia. 

Estrategias que vamos aprendiendo e incorporando a lo largo de la vida, aunque muchas de ellas las hacemos de forma inconsciente. 

Algunas nos acercan al bienvivir y otras pues nos llevan en dirección contraria. Pero esta afirmación, tiene muchos matices, empezando por entender qué es el bienvivir. 

Porque para uno es hacer lo imposible hasta llegar a la luna. Pero para otro, es tener un huerto y plantar tomates.

¿Qué tienen en común estas dos personas? 

Para mí, el bienvivir va mucho más allá del bienestar, porque estoy convencida de que para llegar a luna tienes que pasarlo mal en muchos momentos del proceso… El bienvivir no tiene mucho que ver con el confort o con la comodidad, incluso te diré, con la tranquilidad. Y entonces, ¿qué es?

A muchas personas les ocurre que empiezan a tomarse en serio la vida después de una crisis, de una gran crisis. No sé si es tu caso, si has llegado hasta aquí porque estás en esa búsqueda de respuestas en un momento de crisis o simplemente es un tema que te interesa. En mi caso, fue lo primero.

Un hostión seguido de otro y de otro que así seguiditos desencadenaron en un “qué cojones estás haciendo”. Una crisis personal que empezó a manifestarse con señales físicas, el cuerpo chillando. Y que por supuesto, ha tenido ramificaciones en todas las demás áreas.

Muchos dicen que el proceso de despertar tiende a doler. Como cuando éramos chicos y nos dolían los huesos de crecer. A pesar de que puedo intuirlo, lo cierto es que todavía no sé muy bien qué significa esta frase, porque sigo en búsqueda de respuestas.

He empezado a experimentar algunas certezas. He tenido experiencias reveladoras, transformadoras. Pero las preguntas no cesan y quiero saber más.

Así que abro esta ventana. Para que el aire nos refresque, a ti y a mí, y sigamos yendo a por más durante el tiempo que sea necesario.

Y sí, aquí habrá entrevistas, conversación, debate. Esto será en próximos capítulos.

Si te apetece, quédate, eres más que bienvenido.

0 Comments
casi siempre
Historias del {bien}vivir
Historias del {bien}vivir es un espacio donde filosofamos sobre la vida y le damos vueltas a esto del bienvivir. Mi nombre es Anna y aquí vas a encontrar mucho y de todo. Mucha charla, reflexiones, aprendizajes. Historias de vida que son fuente de inspiración. Y mientras filosofamos, nos divertimos, eso que no falte.
Vamos a darle vueltas al concepto del [bien]vivir, y qué significa tener una vida plena. ¿Qué es para ti vivir bien? ¿Es lo mismo para todos? ¿Qué hacer cuando nos desconectamos? ¿Y cuando nos sentimos insatisfechos, abrumados, superados? ¿Y cuando a ojos de todo el mundo lo tienes todo pero dentro, aquí adentro, no se siente así? ¿Cómo podemos vivir mejor? ¿Qué se necesita?
Tengo mil preguntas y tú seguro que tendrás mil más. Sobre pequeñas cosas o las más trascendentales. Si juntamos las tuyas, las mías y las de todos los que vendrán, tenemos cuerda para rato.
Aquí, en este canal, no voy a estar sola, porque bueno, ahí está la gracia de la conversación, ¿no?
Bueno, ahí está la gracia de todo.
Gracias por tu curiosidad, tu inconformismo, tu voluntad de crecimiento. Gracias por no creerte esto de “es lo que hay”, gracias por creer, por querer, por darle una y otra vez.